1. Usa Carpetas o Etiquetas
Organizar los correos en carpetas o etiquetarlos por temas facilita la búsqueda y revisión posterior. Puedes tener carpetas como “Trabajo”, “Personal” o “Urgente”, y dentro de cada una crear subcarpetas según la necesidad.

2. Clasifica con Reglas Automáticas
Configura reglas automáticas para que ciertos correos se archiven o se muevan directamente a una carpeta específica. Por ejemplo, los recibos de compra pueden ir a “Finanzas” o los correos de boletines a “Noticias”.

3. Aplica la Regla de los 2 Minutos
Si el correo te lleva menos de 2 minutos en responder, hazlo inmediatamente. Esto evita acumular correos innecesarios y mantiene tu bandeja de entrada en orden.

4. Archiva o Borra
No dejes correos innecesarios en la bandeja de entrada. Si ya has respondido un correo o no necesitas más información, archívalo o elimínalo. Esto facilita tener una visión clara de los correos pendientes.

5. Reserva Tiempo para Revisar el Correo
En lugar de revisar constantemente los mensajes, define momentos específicos en el día para leer y responder correos. Esto reduce distracciones y ayuda a concentrarte en otras tareas.

6. Prioriza los Correos Importantes
Marca los correos urgentes para darles prioridad. Muchas aplicaciones permiten “destacar” o “anclar” los mensajes más importantes, lo que hace que no se te pase nada relevante.

7. Evita Suscribirte a Todo
Mantener un control de las suscripciones es clave para evitar una sobrecarga de correos. Suscríbete solo a lo esencial y revisa periódicamente si quieres darte de baja de algún boletín o notificación que ya no te interese.

8. Utiliza Herramientas de Productividad
Algunas plataformas permiten programar correos para enviarlos más tarde o posponer aquellos que deseas revisar en otro momento. Estas herramientas son útiles para gestionar mejor tu flujo de trabajo y mantener el enfoque en lo prioritario.